lunes, 11 de abril de 2016

Adaptación de un cuento

Alfonso, el hombre de la piel de oso


Érase una vez hace muchos años, en un reino lejano vivía un joven llamado Alfonso. Los padres de Alfonso murieron cuando él era pequeño y Alfonso vivía con sus tres hermanos mayores, que no le querían. Alfonso era fuerte y muy valiente, alto, joven y listo pero no tenía ni casa ni dinero para vivir.
Una tarde caminaba por un sendero en el bosque cuando vio un claro. En el claro había un tronco con un hombre sentado. Era un hombre alto, todo vestido de verde con un jubón. El hombre se sentó a su lado. Al verle le dijo.
  • -          Me han hablado de ti. Eres Alfonso – a Alfonso le sorprendió que supiera su nombre. Su voz era profunda y grave.
  • -          ¿Quién eres tú?
  • -          Ya lo verás. Sé que necesitas dinero. Te ofrezco un trato.
  • -          No lo quiero – se negó Alfonso.
  • -          ¿Me han dicho que eres valiente?
  • -          ¿Y qué si lo soy?
  • -          ¿Tanto miedo me tienes?
  • -          ¿Qué quieres? – le desafió Alfonso.
  • -          Te ofrezco este jubón verde que es mágico. Podrás tener todo el oro del mundo para ti sólo
  • -          ¿Cómo sé que es mágico?
  • -          Deberás confiar en mí. Mira detrás de ti.

Cuando Alfonso miró, vio un gran oso de enormes fauces y garras. Alfonso cogió su espada y mato al oso. Cuando Alfonso se volvió, vio que el hombre sonreía.

-          Ahí tienes la prueba de que puedes confiar en mí. A cambio de todo el oro del mundo – continuo el hombre con su voz profunda – te pido tres cosas. La primera, no le dirás a nadie nunca nuestra promesa. La segunda, no podrás dormir durante más de un día en el mismo sitio. La tercera es ponerte encima de la ropa, la piel de oso y no puedes bañarte, ducharte, cortarte las uñas, el pelo o peinarte durante 7 años. Si vuelves dentro de siete años a este claro, tú ganas. Si incumples el trato, pierdes y mueres.

A Alfonso no le queda más remedio que aceptar. El hombre y Alfonso se cambian las ropas. Cuando Alfonso tiene puesto el jubón mágico el hombre le dice.


  • -          Ponte la piel de oso.

Alfonso le obedece y en ese momento, mete la mano en el jubón y saca un puñado de monedas de oro. Alfonso sonríe.
  • -          Ya sabes lo que hay que hacer. No digas nunca nada, no te laves y no duermas más de una noche en el mismo sitio. Nos vemos en siete años.

El hombre desconocido se marchó sin decir nada más. Alfonso fue al pueblo más cercano y se compró la casa más grande y el caballo más rápido. Dio dinero a todo el que lo necesitaba y se sentía feliz.
Al cabo de los meses el aspecto de Alfonso era muy diferente. Su barba le llegaba hasta la cintura y su pelo hasta más allá de la cadera. Sus uñas negras y sus manos estropeadas no le ayudaban a que la gente se acercase. Ahora simplemente se dirigían a él como el de la piel de oso.
Así pasaban los años y Alfonso cada vez iba a peor. Cada vez su ropa estaba más negra, su barba más larga y sus manos más estropeadas. La gente huía al verle. De nada le servía tener el bajón mágico que le dio aquel extraño señor.
Una noche, cuando ya llevaba cinco años con la piel de oso, llegó a una granja y durmió en el pajar. A la mañana siguiente vio a un hombre llorar a pocos metros de él. El hombre al ver a Alfonso no se asustó, él seguía llorando.
  • -          ¿Qué le pasa? – pregunto Alfonso.
  • -          Mi granja, mi granja – dijo el hombre – no tengo dinero y me la quitaran. ¿a dónde iré a vivir yo y mis hijas?
  • -          Tenga usted, no se preocupe – Alfonso metió ambas manos en el jubón y saco varios puñados de oro.
  • -          ¿pero qué….? – dijo el hombre. Alfonso negó con la cabeza. – Soy Antón, ven a dormir a mi casa.
  • -          ¿yo? – dijo Alfonso mirándose a sí mismo.
  • -          Da igual, venga y no se preocupe.
  • -          Muchas gracias – le dijo agradecido Alfonso.

Antón y Alfonso fueron a la granja. Antón insistió en que Alfonso se bañara pero él se negó. Poco antes de la cena entraron las hijas de Antón. Ana la mayor, Águeda la mediana y Alicia, la pequeña. Ana y Águeda miraron al extraño hombre y, degustadas fueron a hablar con su padre. Alicia miró al hombre y le sirvió un plato de humeante sopa.

Debajo de jubón, la piel de oso y lo andrajoso de sus ropas, Alfonso vio que era una buena mujer. La ayudo a recoger la mesa y se miraron a los ojos. En ese momento, calló una piedra del techo. Alfonso la partió por la mitad y le dijo.
  • -          Quédate con la otra mitad, Alicia. Yo me quedaré con la otra mitad. Nos vemos en dos años.

Sin más salió de la casa, no sin antes escuchar como las hermanas de Alicia, Ana y Águeda se burlaban de ella diciendo, Alfonso piel de oso.

Los dos años que restaban de su pacto con aquel señor, se le hicieron cortos. Esperaba ver pronto a Alicia. Alfonso fue muy astuto e hizo un agujero en el suelo, sin que nadie le viera. Enterró todas las monedas que pudo, sabiendo que pronto volvería a por ellas. 

Cuando llegó la fecha de los siete años, Alfonso fue al claro del bosque donde aquel hombre, bastante enfadado ya le esperaba.

  • -          No esperaba verte hoy, Alfonso – le dijo el hombre.
  • -          Aquí estoy. He cumplido mi promesa.
  • -          Cierto es. Devuélveme el jubón y ve en paz.

Alfonso tiro la piel de oso y el jubón al suelo.
  • -          Devuélveme mi aspecto de hace siete años, tú mismo lo dijiste.
  • -          Cierto es. Date la vuelta.

Al darse la vuelta sus ropas cambiaron. Alfonso volvía a tener el aspecto de antes. Su ropa estaba igual que hace siete años, su barba había desparecido y sus manos estaban perfectas. Cuando Alfonso se dio la vuelta para agradecer al hombre lo que había hecho, este ya no estaba. Alfonso corrió a desenterrar el oro, busco a su caballo y, con la mitad de la piedra en la mano, cabalgo hasta casa de Alicia.

Al ver a Alfonso, sin su barba, sin la piel de oso, sin el jubón, alto y joven, las hermanas no le reconocieron. Alicia le miraba hasta que Alfonso se acercó y le enseño la piedra. Juntos la juntaron y juntos se fueron muy, muy lejos de la granja sin nadie más que le llamará Alfonso el de la piel de oso.

Este cuento es una adaptación de la versión del Cuento de los hermanos Grimm Piel de oso

Esta adaptación será para niños de 4 – 5 años, es decir, segunda etapa del segundo ciclo de educación infantil.

Aquí hay un vídeo del cuento, pero precisamente este cuento no es para ser contado en vídeo:


Este cuento es para ser contado, por ejemplo, en la asamblea no para ser leído. He mantenido el carácter del personaje principal, la estructura del cuento y los objetos que va a necesitar a lo largo de la historia.

He adaptado:
  • -          Todos los personajes tienen nombre que empieza por A. Alfonso rima con oso. Alicia significa valentía. el único personaje que no tiene nombre es el malo del cuento. Me pareció que al quitarle el nombre, podía dar algo más incertidumbre. No estoy segura de esta opción, porque no sé cómo reaccionaran los niños de 4 – 5 años.
  • -          He eliminado las plegarias del cuento original, ya que considero que no es una rutina para muchos niños ni adultos.
  • -          He eliminado la guerra, no porque no sea algo con lo que los niños estén familiarizados en mayor o menor medida sino porque el protagonista puede ir a muchos más sitios que a una guerra. Del mismo modo he suprimido la parte final del cuento (las hermanas y el diablo). Creo que es un buen final para niños de 4 – 5 años que acabe bien el cuento.
  • -          Los protagonistas pasan una serie de pruebas (lavarse, esperar, no dormir en el mismo sitio) del viaje iniciático.
  • -          Con esta adaptación, he intentado que los niños empaticen con Alfonso y que, sobre todo aprendan que por muy desesperado que estés siempre hay una salida y que lo importante no es el aspecto exterior, sino como es  cada uno por dentro.
 Muchas gracias por leer esta adaptación. 

7 comentarios:

  1. Hola María Luisa! Después de leerme tu adaptación he de decir que me ha gustado mucho, pero sé que me gustaría mucho más cuando lo contarás de manera oral.
    Te recomendaría que incluyeras información sobre el momento evolutivo en el que se encuentran los niños en la edad en la que te basas y aspectos importantes de ella.
    Por cierto se te ha escapado algún cambio realizado, como el cambio del anillo por la piedra. Revisa algunas palabras, las tildes se han escondido jiji Un saludo Mari muaks

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  2. I love you, Hellen!
    Las tildes están de vacaciones que es como mejor pueden estar.
    Me falta información del momento evolutivo de los niños, tienes razón, hay que incluirla!
    Piedra.... ¿qué es un anillo sin una buena piedra? Tú ya me entiendes :)
    Nos vemos en clase "señorita"

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  3. Hola María Luisa,
    En primer lugar quería felicitarte por tu adaptación.
    He leído tu entrada y me gustaría hacerte unas sugerencias sobre tu adaptación.
    En el comienzo, en el título del cuento “Alfonso, el hombre de la piel de oso” creo que sería conveniente quitar el nombre, puesto que puede parecer que ese es el título de la obra original, y aunque en la historia le pongas nombre al protagonista, creo que el título tendrías que mantenerlo, para evitar así confusiones.

    La redacción y el vocabulario que has empleado es correcto, además la historia es bastante entretenida y la lectura amena, aunque tras leerla detenidamente hay algunas partes que modificaría como por ejemplo:
    -"¿Me han dicho que eres valiente?" no pondría esta frase como interrogativa .
    En la parte anterior a "Ahí tienes la prueba de que puedes confiar en mi" lo revisaría porque parece que es justo porque el oso se acercó a él ya puede confiar en el hombre que le ofrece el jubón, esa parte queda un poco confusa.

    "De nada le servía tener el bajón mágico", creo que con las prisas querías decir el jubón mágico.

    "A dónde iré a vivir yo y mis hijas?" lo modificaría por ¿Dónde iremos a vivir mis hijas y yo?

    Revisaría algunas tildes como "tiro la piel de oso", tiró la piel de oso.

    Estas son algunas sugerencias, que espero que te sirvan.
    Con relación a la historia y la edad creo que en esta podría aparecer un ser mágico que puede que les llame más la atención por la etapa en la que se encuentran que un hombre.

    Me ha gustado que los nombres que has puesto en la adaptación tiene un significado como el de Alicia valentía, puesto que sus actos representan muy bien su nombre.

    Enhorabuena por tu trabajo, espero que mi comentario te ayude.

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    1. Muchas gracias por tus sugerencias, las tendré muy en cuenta.
      Lo modificaré y releeré en cuenta pueda.
      Un saludo María Ángeles

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    2. Buen comentario, Mari, pero ¿no te ha resultado extraño que María mantenga ese jubón?

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  4. Te comento lo que no es correcto, María:

    - El jubón no es una prenda de vestir que los niños conozcan... y tampoco merece la pena que la conozcan por lo que debes cambiarlo por algo que puedan imaginarse.

    - El hombre de verde tiene que ser un personaje mágico como en el cuento que os narré, no un simple hombre; y debes especificar qué es (un mago, un genio...)

    - En tu cuento no se hace referencia a la generosidad del héroe. Solo parece ayudar al padre de las chicas.

    Solo son esas tres cuestiones. Si las modificas, la actividad será perfecta.

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